viernes, 7 de diciembre de 2012

Un día cuando me levanté, encontré a mi madre llorando desconsolada en la puerta de casa. Le pregunté el por qué y no supo responderme, de manera que me puse a desayunar y cuando terminé observé que seguía allí, pero acompañada de mi padre. A él nunca lo veo por las mañana cuando se va a trabajar; así que me empezé a poner nervioso por la extraña situación y fuí a preguntarle, pero él tampoco sabía que ocurría. Al rato, aparecieron mis vecinos también llorando... un instante después perdí el conocimiento.


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